lunes, 14 de noviembre de 2011

FRANCISCO ARAIZA.



José Francisco Araiza (Ciudad de México, 4 de octubre de 1950).
VIDA Y CARRERA.
Araiza estudió administración de empresas en la Universidad Nacional de México. Aprendió canto con Irma González y Erika Kubacsek (repertorio alemán) en el Conservatorio Nacional de México.

Debutó en 1970, como primer prisionero, en una versión de concierto de Fidelio. Tres años después sería solista en La Creación de Franz Joseph Haydn.

En 1974 se trasladó a Europa, estudiando en la Musikhochschule de Múnich con Eric Werba y Richard Holm. Su formación musical es de tradición alemana, idioma que conoce perfectamente. Fue miembro de la Ópera de Karlsruhe desde 1974 hasta 1977. Desde entonces ha sido miembro permanente de la Ópera de Zurich.


Destaca en papeles mozartianos. Como Don Fernando de Così fan tutte debutó en Festival de Aix-en-Provence (1977). Debutó en el Festival de Salzburgo en 1980. Ese año cantó, con dirección de Karl Böhm en Munich, interpretando a Belmonte, convirtiéndose en uno de los mejores Belmonte del último cuarto del siglo XX. En 1982 debutó en Londres y en La Scala de Milán. Con el papel de Belmonte de El rapto en el Serrallo, debutó en el Metropolitan Opera House de Nueva York.

1983 marca un punto de inflexión en su carrera, al abordar papeles más dramáticos. Así, debutó en Viena, con Des Grieux (Manon). En 1985 protagonizó Fausto

En 1988 estableció un concurso de canto con su nombre que se celebra en la Escuela Nacional de Música de la UNAM, en México.

En 1991 cantó Lohengrin en el Teatro La Fenice de Venecia. En 1993 fue Walter von Stolzing en el Metropolitan, con dirección de James Levine.

Ha actuado en los principales teatros de ópera del mundo y en los distintos festivales, entre ellos el Festival de Bayreuth, Salzburgo, Aix-en-Provence o el Festival Rossini de Pésaro.

A partir de 1996 ha impartido clases magistrales en Viena, Gramisch y Munich, y en la Escuela Superior de Música Reina Sofía de Madrid. Igualmente ha cantado lieder de Franz Schubert en recitales.


PAPELES.
Durante los primeros años de su carrera se centró en el repertorio mozartiano: Tamino, Ferrando, Don Ottavio y destacó como Belmonte.

Sin abandonar este tipo de papeles, a partir de 1983 amplió su repertorio hacia otros más dramáticos:

Ópera italiana: ha interpretado varios papeles verdianos: Alfredo en La Traviata; el Duque de Mantua en Rigoletto; Álvaro en La forza del destino; Gustavo III en Un ballo in maschera; así como el papel estelar de Don Carlo. Igualmente, ha sido Rodolfo en La Bohème, de Puccini; Andrea Chenier, en Andrea Chénier, de Umberto Giordano; Pollione en Norma, de Vincenzo Bellini.
Ópera francesa: Don José en Carmen de Georges Bizet; papel protagónico de Faust de Gounod; Hoffmann en el papel titular de Los cuentos de Hoffmann, y el Werther de Massenet.
Ópera alemana: ha sido Lohengrin, Walter von Stolzing en Los maestros cantores de Núremberg, y Max en Der Freischütz.


El tenor recibió dicha distinción en reconocimiento a su trayectoria internacional. Le hizo entrega de la presea la directora general del INBA, Teresa Vicencio Álvarez en un concierto-homenaje celebrado este miércoles 6 de julio del 2011 en el Palacio de Bellas Artes de México.
Como reconocimiento a “la solidez de su notable trayectoria artística y a una vida dedicada a la ópera”, el destacado tenor mexicano Francisco Araiza recibió de manos de Teresa Vicencio Álvarez, directora general del Instituto Nacional de Bellas Artes, la Medalla de Oro de Bellas Artes, luego del concierto-homenaje que se le rindió ayer miércoles por la noche en el Palacio de Bellas Artes. A través de este galardón, dijo la directora del INBA, “nos unimos a la admiración y al beneplácito por lo que usted ha logrado y que le ha merecido un lugar en la historia de la grandes voces de México y del mundo”.


Después de un prolongado aplauso de dos minutos, otorgado por el público que se dio cita en el recinto de mármol para reconocer su trayectoria, el tenor mexicano, visiblemente conmovido por el gesto de sus compatriotas, manifestó su satisfacción por lo que calificó como “el máximo galardón al que puede aspirar un artista mexicano: la Medalla de Bellas Artes”.


“Es –afirmó el cantante de fama internacional-- el premio que más me toca el corazón por razones morales y afectivas, ya que cuando un mexicano sale al extranjero, sea en misión oficial o privada, está representando a su país y a su raza. “El hecho de lograr pertenecer a una elite siendo de los mejores, independientemente de lo que haga, eso le da a México la esperaza de que puede crear talentos a nivel mundial, de que puede ser respetado en el mundo por el rendimiento de su hijos”, expresó el artista.

La ceremonia se llevó a cabo en un momento del concierto-homenaje que Conaculta y el INBA, a través de la Compañía Nacional de Ópera, organizaron para ex profeso, en el que Araiza se presentó como cantante y como maestro, acompañado por algunos de sus alumnos más destacados. Ahí manifestó su esperanza en que “de México salgan más talentos que ayuden a la humanidad a ser mejor”.


Como señala el especialista Francisco Méndez Padilla, con la perspectiva que brinda el tiempo, sin duda “Francisco Araiza puede ser considerado el paladín de los tenores mexicanos en Europa. Con su exquisita musicalidad y dominio de los diferentes estilos, a él se le debe buena parte del prestigio del que hoy gozan los afortunados connacionales poseedores de tan preciada cuerda en el panorama lírico internacional”.


Gracias a Araiza, los tenores mexicanos cobraron un incuestionable y duradero valor en los círculos operísticos. Además, su innegable calidad estelar no le ha impedido mostrarse generoso con otros jóvenes colegas, guiando e impulsando a los que se hacen acreedores a ello por su talento y disciplina.


Una muestra de lo anterior son los cantantes que acompañaron al maestro Araiza en el concierto-homenaje realizado en el Palacio de Bellas Artes: los solistas: Joo-Hee Jung y Marija Vidovic, sopranos; Javier Camarena, tenor; Gerardo Garciacano, barítono, y Alejandro Armenta, bajo-barítono.


Con la participación del Coro y Orquesta del Teatro de Bellas Artes bajo la batuta de José Areán, Francisco Araiza y sus invitados interpretaron fragmentos de obras de los más renombrados compositores, con los el mexicano ha logrado consolidar una carrera exitosa: Fausto, de Charles Gounod; Carmen, de Bizet; Otello y La Traviata, de Verdi; La Bohemia, de Puccini. Por cierto, Fidelio de Beethoven, en la que Araiza interpretó al personaje de Florestan en la reapertura del Teatro de Bellas Artes en diciembre del 2010, fue la ópera que marcó el debut de su carrera como artista.DISTINCIONES.
Kammersänger en la Ópera de Zúrich.
«Orphée d'Or» por la grabación de El Barbero de Sevilla, con Neville Marriner.
Premio mejor evento musical de 1988 por su recital en Tokio.
1988, Kammersänger de la Opera del Estado de Viena.
1991, Medalla «Mozart» de la UNAM.
1995, premio Mario del Monaco «Otello d’Oro».
1996, «Golden Mercure» por la mejor actuación como cantante de ópera en Múnich.
2008, Medalla Dr. Alfonso Ortiz Tirado Álamos Sonora México

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